El Heat de Miami volvió a vencer tras cuatro derrotas consecutivas gracias a Lebron James, que se fue hasta los 38 puntos, y a un secundario que se erigió como escudero de James, Mike Miller, que anotó 32 tantos. Los Raptors de Jose Manuel Calderón fueron la víctima de un Heat en el que no pudieron jugar Wade y Bosh, ambos aquejados de dolores en la rodilla y hombro respectivamente. La baja de la dos estrellas no impidió al equipo de Spoelstra dejar sentenciado el partido en una primera parte con especial acierto ofensivo y en la que acabaron con 23 puntos de ventaja. Los 30 puntos de DeRozan y los 28 de Bargnani se quedaron en agua de borrajas ante el festival anotador de el Heat.

Los Raptors, quinto peor equipo de la liga, llegaron al American Airlines Arena para medir la crisis de un Heat que había cosechado 4 derrotas consecutivas (3 en el final de su gira lejos de su estadio y la última en casa ante los Hawks). Las bajas de Wade y Bosh hacían presagiar un partido duro para un Heat que debía apoyarse en la otra estrella que le quedaba sana: Lebron James.
Así lo entendieron todos los jugadores porque The King se convirtió en el imán que atrajo todos los balones en ataque y que distribuyó juego según le vino en gana. La versión 2.0 de los Cavs del año pasado sólo necesitaba un matiz más para calcar a la franquicia de Cleveland: un tirador. Por suerte para la afición local, Chalmers (10+9 en su regreso a la titularidad), House y, sobretodo, un increíble Miller estuvieron finísimos desde la línea de 7,25 y se encargaron de cumplir en el papel de amenazas exteriores.
Con semejante panorama la defensa de los Raptors era poco menos que inútil. Cuando Lebron no encontraba un pasillo para penetrar la sacaba fuera donde los tiradores se encargaban de enchufarla. De ese modo, las diferencias crecían a pasos agigantados y más cuando ningún jugador de la franquicia canadiense se entonaba en ataque. Al descanso el marcador reflejaba un 40-63 que definía a la perfección el partido.

La segunda parte sirvió para dos cosas: para que los porcentajes de Miami bajaran a niveles más humanos y no batieran todos los récords de triples existentes y para que los Raptors maquillaran un poco el resultado merced al trabajo de Calderón (14+13 para el ÑBA) , Bargnani y DeRozan. De hecho, al comienzo del último cuarto, Bayless anotó dos tiros libres que dejaban la diferencia en apenas 10 puntos, dando así alguna esperanza a los visitantes de hacer más profunda la crisis de Miami. Sin embargo, a Lebron James aún le quedaba poner la guinda a su actuación y a House le sobraban un par de balas en la recámara con las que los Raptors se despidieron del sueño de la victoria.
En el horizonte, y tras acabar los días de descanso que le quedan, el Miami deberá disputar 4 partidos en los últimos 5 días de este mes de enero, comenzando por la visita al Madison Square Garden de los renacidos Knicks el 27 de enero. Al día siguiente recibirán a Detroit en casa. El día 30 viajarán a Oklahoma para jugar ante Kevin Durant y finalizarán este cansado tramo de la temporada jugando ante su público contra los Cavaliers.