El baloncesto está evolucionando. Es un deporte que aparentemente está dejando de ser cosa de gente alta. Cada vez lo veo más claro; sobre todo cuando veo que un base novato anota 55 puntos en un partido, que es lo que hizo Brandon Jennings el 15 de noviembre de 2009; mientras que veo al número 1 del draft de 2008, Greg Oden, que está lesionado continuamente, y cuando juega no es capaz de demostrar su condición de numero 1. Esto no son más que ejemplos que nos muestran que los grandes bases son cada vez más comunes, y que los jugadores altos están en decadencia. De bases, podemos encontrar a un Steve Nash rejuvenecido, Derrick Rose, Rajon Rondo, Chris Paul, Deron Williams, Steqhen Curry, Tyreke Evans, Darren Collison (¡¡que ha hecho que la baja de Chris Paul no se note demasiado!!), Tony Parker, Russell Westbrook, Baron Davis… Todos ellos grandes jugadores, algunos dominan la NBA y otros están llamados a hacerlo. Sin embargo, cuando veo a los pívots puros observo que el nivel está descompensado, ya que en toda la Liga hay cuatro que merecen la pena: Chris Kaman, Marc Gasol, Brook López y Dwight Howard. En cambio, opdemos encontrar jugadores como Greg Oden, Hasseem Thabeet, Eric Dampier, Rasho Nesterovic, Kendrick Perkins, Andrew Bynum (siempre lesionado), Ben Wallace, Eddy Curry; que son, en definitiva, jugadores que no dan la talla, sea por unos motivos u otros (declive, lesiones…). Tras esta observación parece lógico preguntarnos: ¿realmente el baloncesto es cosa de gente alta?
