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La selección española de baloncesto estaba obligada a recuperarse del varapalo sufrido ayer ante Francia y así lo ha hecho ante la sorprendente selección de Nueva Zelanda, que trabaja y pelea como un equipo en defensa y en rebote, pero que en ataque depende de dos jugadores: Penney (máximo anotador de la primera jornada) y Abercrombie (cuya capacidad de salto y velocidad suponen mucho problemas en defensa). Y es ahí, precisamente en defensa, donde la ÑBA no ha estado fina y ha permitido muchos rebotes en ataque y muchos desajustes.
El partido, sobre el papel, pintaba bien, pintaba a paliza típica de inicio de Mundial. Y por ese camino iba hasta el minuto 7 (24 – 11) gracias al trabajo en equipo y al acierto de Rudy, Marc y Navarro.. En ese momento ya eran 4 los triples que había “enchufado” la selección. Después del pertinente tiempo muerto oceánico, salieron los suplentes, mientras que por Nueva Zelanda se empezaba a meter en el partido el saltarín Abercrombie.
A pesar de no destacar por su altura (sólo 4 hombres superan los 2 metros ), los “kiwis” cargaban continuamente el rebote ofensivo, lo que les permitía tener muchas segundas oportunidades. Esto, sumado al continuo desajuste defensivo que nos provocaban los bloqueos indirectos hizo que la ventaja fuera mermando hasta los seis puntos (37 – 31 min. 16). Sin embargo, en la otra canasta atacábamos bien tanto la zona 1-3-1 como la defensa individual; mención especial para Felipe y para Marc que con 4 jugadas consecutivas entre ambos permitieron sumar bastante. Se cumplían los dos primeros cuartos y la sensación era que pequeños errores sumados (8 pérdidas al descanso, por ejemplo) mantenían viva a Nueva Zelanda).
A la vuelta de vestuarios Scariolo volvió a sacar al quinteto titular y, nuevamente, la brecha se abrió gracias a un parcial de 13 – 2 en tres minutos, otra vez con los triples de protagonistas y con un Ricky de director de orquesta que se fue hasta las 11 asistencias. Además, el seleccionador neozelandés decidió dejar a Abercrombie en el banquillo hasta mediado el tercer cuarto, lo que hizo que la defensa española se centrara en el otro anotador: Penney, al que le fue más difícil anotar. A partir de ahí, nuevo bajón del equipo español, que también llegó a plantear en algún momento una defensa zonal (con un Rudy enérgico jugando abajo que capturó 11 rebotes), que supo aprovechar la selección neozelandesa para achuchar un poco: 14 abajo antes del último periodo.
Un último periodo en el que comenzaron anotando los suplentes (San Emeterio se estrenó en partido oficial), Claver tuvo minutos y que en el tramo final sirvió para probar a Llull de base. La relajación en defensa era evidente pese a las dificultades que tuvieron los “kiwis” para superar la estatura de Marc Gasol y Fran Vázquez, que entre lo dos pusieron 5 tapones y pese a los 10 robos conseguidos.
Partido menos relajado de lo que debería haber sido, que podría haber sido sentenciado en diez minutos de no haber sido por pequeños errores que no se podrán tener ante equipos más grandes. Llega la primera victoria, siempre importante, y se recuperan las sensaciones en ataque, especialmente en tiro. Se empiezan a entonar jugadores importantes como Rudy, Mac Gasol o Felipe Reyes. Mañana día de descanso, de recuperación y el martes a jugarse el segundo puesto de grupo ante Lituania.
101 – España (28 + 20 + 29 +24): Ricky (8), Rudy (12), Navarro (18), Garbajosa (14), Gasol (22) – quinteto inicial – Reyes (10), San Emeterio (4), Claver (1), Mumbrú (-), R. López (7), Llull (-), Vázquez (5)
84 – N. Zelanda (19 + 25 + 19 + 21): Penney (21), Vukona (6), Jones (15), Kench (-), Pledger (4) – quinteto inicial – Abercrombie (19), Tait (5), Fittchett (3), Cameron (3), Anthony (1), Frank (9), Bradshaw (-)