Hacía ya tiempo que venía pensando en redactar este artículo. Hoy os vengo a hablar acerca de una filosofía de juego que ha revolucionado el panorama NBA en la última década.Su mentor es Mike D'Antoni, actual entrenador de los New York Knicks y otrora entrenador de Phoenix. Bajo la premisa de "siete segundos o menos", D'Antoni reinventó el baloncesto y llevó a los Suns a una época victoriosa, con el único lunar de no poder alcanzar la gloria del anillo. Sin embargo, en la retina de los aficionados más puros y menos resultadistas de este deporte, quedarán esos partidos en donde las defensas no importaban, todo lo que se cocía en la cancha tenía principalmente un componente estético.
Ahora que institucional y deportivamente las cosas empiezan a funcionar en el equipo de la Gran manzana, creo que gracias a la posibilidad que me brinda nbaddiction, se antoja cuanto menos merecido este pequeño homenaje.
A lo que a la filosofía de juego atañe, ésta ante tiene una serie de matices. Lo básico es correr la pista lo más rápido posible y tirar antes de que pasen los primeros siete segundos de la posesión para evitar que las defensas se coloquen. Imponer este ritmo obliga a los jugadores a tomar decisiones rápidas, a ejecutar jugadas simples y a una dosis importante de generosidad con sus compañeros. Es necesario la existencia de buenos tiradores exteriores y penetradores, más que dejugadores interiores. El balón no para de moverse y no se debe acaparar la posesión,el descaro del jugador para ejecutar un uno contra uno. Si el "speedball" se ejecuta bien, siempre habrá un jugador abierto para tirar o un pase interior sencillo.
A grandes rasgos,ésta es la filosofía que llevó a Antoni a triunfar en Phoenix, y ahora mismo a levantar a equipo que estaba destrozado y hundido después de años y años, de sinsabores, humillaciones y penosa gestión. Esta apuesta ofensiva conlleva muchos riesgos, y el principal de ellos es que desguarnece la defensa, que muy a pesar de algunos, la fórmula contraria a cómo se ganan los campeonatos casi siempre. Es por ello que D'Antoni carga(injustamente)con esa losa encima de no saber convertir la dinámica ganadora de la temporada regular, cuando llega a los momentos más calientes de la temporada, y que son los que marcan la historia dorada de los equipos.
La NBA supo reconocer su trabajo con el premio al entrenador del año en 2005. Los anillos conquistados por los equipos quedan en la historia, en los museos. Los anillos simbólicos quedan en la memoria por siempre jamás de los aficionados más puros a este deporte tan fantástico como es el baloncesto. D'Antoni morirá con sus ideas, y mientras esté en el banquillo neoyorquino, el ataque predominará ante cualquier defensa.
AgradecimientoS a la revista oficial NBA
