Era el momento, era el primer partido que o se ganaba o se decía adiós al torneo, era el primer rival realmente duro y ha sido ahí, justo ahí, cuando la ÑBA ha vuelto. Ya no hay segunda unidad, ya no hay dudas en los tiros, ya no hay pérdidas de balón, ya no hay concesión de rebotes en ataque. La selección española ya está en cuartos gracias a la sufrida victoria ante una Grecia de la que aún más, somos bestia negra. El combinado de Sergio Scariolo ha mostrado, hoy más que nunca, su mayor virtud: la regularidad durante los cuarenta minutos. Todos los jugadores que han participado han anotado, defendido, reboteado y jugado en equipo. Ese juego de equipo y esa continuidad han hecho que la selección española ya esté entre las ocho mejores del mundo gracias al 80-72 final.
La anagnórisis es un término griego que significa “reconocimiento” o “revelación”. Era muy usado en las antiguas tragedias griegas para hacer que la trama cambiase de giro al “descubrir” o “reconocer” el protagonista algo de su pasado. En el caso de la ÑBA, su anagnórisis ha sido el partido contra los padres del teatro. La selección de la que ya somos, sin duda, su peor enemigo (y todo por no ir a ganar contra Rusia) llegaba al partido muy centrada en el campeonato, con un equipo muy competitivo, que tiraba bien de tres y no tenía problemas con el rebote por ser la selección más alta del Mundial. Sin embargo, de nada sirve el pasado en partidos a vida o muerte. Marc comenzó intimidando al gran Sofoklis Schortsanitis con dos tapones y Navarro, mientras, se encargaba de anotar con sus bombas estallando en el aro rival. En defensa, los problemas crecían cuando Grecia jugaba un pick and roll por la línea central (durante todo el campeonato se han tenido problemas al defender este ataque). Al final del primer cuarto, la segunda unidad comenzaba a jugar y dos triples de Mumbrú y Llull nos mantenían con ventaja (22-19).
En el segundo cuarto, ya con la segunda unidad de ambos equipos casi al completo, España probó con la zona para evitar el duelo Fran Vázquez-Schortsanitis y surtió efecto: dos pérdidas de Baby Shaq (28-21). Sin embargo, Zisis siguió penetrando y tirando muy bien desde media distancia y conseguía que España no se fuera en el marcador. En los minutos previos a descanso, los Navarro, Marc y Rudy volvieron al parqué para aumentar la distancia y conseguir dos cosas: que la zona griega no funcionara – apenas duró un par de ataques – y que Spanoulis hiciera su tercera falta. Al descanso, 37-31 con 0/3 en triples los griegos merced a la defensa española.

No obstante, no iba a ser todo tan fácil. En la reanudación, los griegos, con Fotsis y Diamantidis a la cabeza, empezaron a meter tiros desde más allá del 6,25. La consigna era clara: para evitar las ayudas sobre Schortsanitis, Fotsis debía abrirse y jugar por fuera. Allí Garbajosa no podría ayudar a Marc y si lo hacía, Fotsis tendría un tiro claro. Gracias a esa simple jugada Grecia se metía de nuevo en el partido (45-47). Cercano el fin del tercer cuarto, volvieron a salir jugadores como Raúl, Llull o Felipe Reyes que hoy sí, han mantenido (incluso en fases superado) el nivel del quinteto titular y han barrido a los jugadores del banquillo griego (29 puntos del banco español por 3 del griego).
Quedaban diez minutos y todo estaba por decidir: España empezaba con sus jugadores suplentes y Grecia seguía sin rotar (4 jugadores griegos jugaron el partido casi entero). Sin embargo, los españoles supieron ver y aprovecharse de las debilidades griegas. Felipe consiguió dos palmeos increíbles, Llull salía al contraataque y los tiradores griegos empezaban a perder su puntería. Con 65-57 se llegaba a los tres últimos minutos, con un quinteto formado por Ricky, Navarro, Rudy, Reyes y Vázquez. Diamantidis hacía su cuarta falta lo que sumado a dos robos en defensa y un triple espectacular de Navarro, en respuesta a uno de Spanoulis, permitían a España comenzar a soñar con los cuartos de final. Sin embargo, los griegos – sabedores del poco acierto desde la línea de tiro libre de España – comenzaron con el carrusel de faltas a 1:13 para el final. En el intercambio de golpes, Schortsanitis cazaba un rebote en ataque y conseguía un 2+1 que daba esperanzas a los griegos. Empero, la táctica española era clara: balones al capitán. Juan Carlos Navarro no falló desde la línea de 4, 60 y dio el pase a la siguiente fase al equipo español. El capitán acabaría con 22 puntos y Rudy con 14, pero hoy España ha jugado uno de esos partidos en los que el equipo ha sido el que ha ganado y no las individualidades.
España: (22 + 15 + 15 + 28) Rudy (14), Ricky Rubio (6), Navarro (22), Garbajosa (5), Gasol (4) -equipo inicial- Llull (9), Reyes (6), Raúl (5), Vázquez (6) y Mumbrú (3).
Grecia: (19 + 12 + 20 + 21) Zisis (16), Spanoulis (12), Fotsis (12), Diamantidis (16), Schortsanitis (13) -equipo inicial- Bourousis (2), Calathes (1), Printezis (-), Perperoglou (-), Tsartsaris (-).
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