jueves, 3 de junio de 2010

¿Quieres saber como surgió la rivalidad entre Boston y Lakers? Así fue...

En la historia del baloncesto poca gente se acuerda de Frank Selvy. Fue dos veces All Star y anotó 100 puntos en un partido de la NCAA, pero de un fallo suyo nació la historia de un odio eterno: el de los verdes de Boston y los amarillos de Los Ángeles.
Era el séptimo partido de las Finales de 1962 y los Lakers tenían de verdad contra las cuerdas a los Celtics. Después de la derrota de 1959, en el primer gran enfrentamiento entre las dos franquicias en unas Finales (ganó Boston 4-0), la incorporación de Elgin Baylor hacía que los Lakers tuviera la mejor pareja ofensiva de la NBA con Jerry West.
Frank Selvy, un jugador con gran fama de anotador en la Universidad de Furman pero de carrera no estelar en la NBA, apuraba sus últimos años en la NBA en las filas de los Lakers. Dos canastas suyas empataron a 100 el partido de la verdad de 1962, así que los Lakers se la jugaron con él: a dos segundos del final, tuvo un tiro fácil para ganar el partido... pero lo falló. En la prórroga, Bill Russell (que acabó con 30 puntos y 40 rebotes ese encuentro) metió cinco de los 10 puntos de su equipo y los Celtics se llevaron el anillo.
El tiro lo tenía que lanzar Rod Hundley, pero que éste, tras amagar y romper a su defensor, vio que Selvy lo iba a tener tan fácil que le dio el balón. Pero erró. "No era un tiro tan fácil porque yo estaba casi en la línea de fondo, pero hubiera cambiado todos mis puntos por haber metido aquella canasta", declaró Selvy.
Ahí empezaría la era del brutal complejo de los Lakers por un rival que dominó los 60 con una insultante superioridad. Los verdes ganaron a los amarillos cinco anillos más, con dos Finales llegando al séptimo partido. La última de los 60, en 1969, Jerry West fue elegido MVP, y le regalaron un Volkswagen Escarabajo... verde. Toda una humillación.
Ya en los 60 los fans de los Celtics gritaban aquello de 'Beat L.A.!' ('¡Ganad a L.A.!'), pero el coro reapareció en los 80 de una manera que demuestra a las claras el odio entre ambas aficiones. Los Celtics estaban cayendo en el Boston Garden contra los 76ers en la Final de Este de 1982. Con todo perdido, la grada recuperó el grito, animando al rival a ganar a los Lakers después, en las Finales de la NBA. Desde entonces, no hay rival de cualquier franquicia de la ciudad que no cante la letanía.